12 Jul “Lo aprendido en este curso me ha hecho desear envejecer con dignidad”
Son palabras de una de las asistentes al Curso socio-sanitario de atención a personas dependientes en domicilios, impartido desde el Centro Social Parroquia San Josemaría, del que este mes de julio han comenzado las prácticas en Residencias (70 h) en turnos de mañanas, tardes y noches (hasta el mes de agosto). Estas prácticas constituyen parte de la formación impartida en dicho Curso, cuyas sesiones teóricas (80 h) han tenido lugar durante los meses de mayo y junio en el Centro Social.
En las prácticas participan 20 personas (15 mujeres y 5 hombres), de edades comprendidas entre los 19 y 55 años, de los siguientes países: Camerún, Uruguay, Nicaragua, Colombia, Marruecos, Ecuador, Honduras, Mexico, Bolivia y España. De entre estas personas, 6 ya tenían un empleo de media jornada cuando comenzaron el Curso y 10 lo han conseguido a lo largo del mismo, habiendo mejorado su motivación a través de la formación y orientación laboral recibidas.
En definitiva, el balance del Curso es que el 80% de los asistentes (16 personas) lo terminarán con empleo, la mayoría en el cuidado de personas dependientes (un 90%) y un 10% en el sector de limpiezas. A continuación os dejamos el testimonio personal de una de las personas asistentes al curso.
Testimonio de una de las asistentes al Curso
“A lo largo de mi vida laboral siempre he trabajado en tareas administrativas y de atención al público. Ante una búsqueda de empleo nada fructífera, una amiga me propuso ir al Centro Social Parroquia de San Josemaría, donde tienen una bolsa de trabajo y se realizan cursos formativos. La forma y el lugar donde surgió la idea me dieron la certeza y la confianza de que tenía que ir.
Me apunté, me llamaron y empecé el “Curso socio-sanitario de atención a personas dependientes”. Durante los primeros días de clase me decía: ¿Qué haces aquí Encarna? Todo era totalmente distinto a lo que había hecho antes. En la parte teórica aprendí una cantidad de cosas muy útiles para mi vida diaria. En la parte práctica con el cuidado a personas mayores en una residencia de ancianas, el primer día me entristecí, al ver lo poderosos que nos sentimos e infinitamente satisfechos de nosotros mismos cuando somos jóvenes y en lo que nos quedamos cuando nos hacemos mayores y no podemos valernos por nosotros mismos.
Me venía a la mente los versículos del Evangelio: “Cuando eres joven te ceñirás la túnica e iras donde tú quieras, pero cuando seas mayor otros te ceñirán la túnica y te llevaran donde no quieras”. También me di cuenta que habían allí ancianos con heridas interiores en su alma, producidas por hechos traumáticos ocurridos a lo largo de su vida y cómo esas heridas marcan sus días de ancianidad, sus miedos, sus sombras, sus inseguridades…
Todo lo vivido durante este curso me ha ayudado a tomar una decisión: Quiero envejecer con dignidad, aprender a ser más humilde y a tener la misma actitud del que espera mucho más, porque ahora sé que todo no termina en la vejez. En conclusión, me gustaría llegar a la etapa última de mi vida con la “sabiduría” que te da la vida cuando se sabe “aceptar “el papel que ocupas en ella. Y tener personas que me cuiden y se preocupen por mí como las que he conocido en esta residencia” (Encarna L.G.).
