Myriam y Julieta reciben formación orientada al empleo - Centro Social Parroquia San Josemaria
centro social, trazo, bike's angels, acogida
569
post-template-default,single,single-post,postid-569,single-format-standard,ajax_updown_fade,page_not_loaded,,qode-theme-ver-7.9,wpb-js-composer js-comp-ver-4.4.3,vc_responsive

Myriam y Julieta reciben formación orientada al empleo

02 Mar Myriam y Julieta reciben formación orientada al empleo

Myriam (de Ecuador) y Julieta (de Bolivia) asisten a la formación impartida desde el proyecto “Hogar y Cocina” en el Centro Social Parroquia San Josemaría. Hemos charlado un rato con ellas y nos han contado sus experiencias a lo largo de estos meses.

Myriam nos cuenta que vivió una dolorosa experiencia antes de venir a España, pues tuvo una niña que nació enferma y murió con 4 meses. Se vino a España sola, con el deseo de olvidar lo ocurrido emprendiendo una nueva vida y lleva aquí ya 16 años, está casada y tiene varios niños.

Al principio las cosas no fueron complicadas para ella. Entró a trabajar interna en una casa cuidando a una señora que estaba en estado vegetativo y dice que eran muy buenas personas. Pero ahora “sí debo enfrentarme a algunas situaciones complejas: he empezado a tener problemas con los niños, no tengo trabajo, he perdido mi vivienda…”, explica Myriam. Un día conversando con una amiga le dijo “yo no sé dónde voy a buscar trabajo, porque estoy desesperada”. Y ella le habló del Centro Social. “Las sesiones de formación me gustan –dice– y también conversar con la gente… Pasas el tiempo ayudando y al final eso es también un beneficio personal (…) Al principio una dice “yo lo sé todo”, pero no es verdad, no se sabe todo, siempre hay algo por aprender”.

Julieta es de Bolivia y dejó a su hija de 2 años con su madre para venirse en el 2002 a trabajar a España; la devolvieron a su país ese mismo año, pero pudo regresar a Madrid en el 2003, donde trabajó en varios restaurantes como ayudante de cocina. Llegó a Valencia en el 2006 y nos cuenta que conoció el Centro Social “a través de una amiga que trabajaba interna cuidando a una abuelita en el hospital; cuando un día bajé a desayunar, una mujer española me habló del Centro social y aquí estoy”.

A pesar de las circunstancias difíciles vividas en los últimos años, Julieta mantiene una actitud optimista y explica que siempre ha trabajado a gusto y sin problemas: “en los sitios donde he trabajado siempre me han apreciado (…) he tenido mucha suerte porque he conocido a gente buena y comprensiva”. La formación que recibe en el Centro Social, además de ayudarle para adquirir conocimientos cara a un nuevo empleo, dice que le sirve para distraerse, conocer y relacionarse con otras personas, etc.

hogar y cocina

20160217_194928 copia



Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies